miércoles, 27 de febrero de 2008

WEBQUEST CURSO CAP DIPLOMADOS 2008


Autor: Juan Luis Hernández Blázquez
E-mail: juanlu213@hotmail.com
Área: Conocimiento del Medio
Nivel: Técnico Superior (Gestión y Organización de Recursos Naturales y Paisajísticos)

INTRODUCCIÓN:

La dehesa es un ecosistema de creación humana a partir del bosque de encinas primitivas. Surge como consecuencia de la actividad humana empeñada en arrebatar tierras al bosque y poderlas destinar como pastizal que alimente a la cabaña ganadera (Penco, 1992), pasando por dos fases, una primera en la que inicialmente se aclara el bosque denso de quercíneas y otra de control de la vegetación leñosa y estabilización del pastizal (San Miguel, 1994).
Existen multitud de definiciones de lo que se ha venido entendiendo con el término dehesa. Así, Campos Palacín (1992) define la dehesa como “un sistema agroforestal cuyos componentes leñosos, pascícolas, ganaderos y agrícolas interactúan beneficiosamente en términos económicos y ecológicos en determinadas circunstancias de gestión”, no obstante, advierte que las “circunstancias actuales” predominantes son las degradantes del suelo y la vegetación, debido a que priman los intereses económicos.
Para Martín Galindo (1966), la dehesa “es una creación humana sobre un suelo pobre y frente a un clima hostil. En ella se trata de armonizar en difícil equilibrio, el aprovechamiento agrícola, ganadero y forestal de un espacio dotado de condiciones físicas poco flexibles”. En la siguiente línea se define Parsons (1966) al escribir que “el monte hueco de encinas representa una formación forestal inestable, sólo mantenida gracias a la continua intervención humana”, a tenor de lo que Martín Lobo (1992), afirma que “la dehesa es estrictamente poco ecológica”.
La dehesa puede definirse desde un punto de vista ecológico-biológico, como un tipo de ecosistema seminatural (Scarascia et al., 2000), o bien, desde la perspectiva de manejo, considerándose un sistema agroforestal “another form of tree vegetation management is the “dehesa”; since cereals are often grown under the tree cover, the “dehesa” can be considered as a specific agroforestry system” (Scarascia et al., 2000)
En función de sus producciones se define como el “sistema de uso del suelo orientado a la producción simultánea y combinada de cerdo ibérico, ganado ovino, caza menor, leña, carbón y eventualmente corcho”. (Fernández et al., 1998). Además, “en la dehesa siempre se ha practicado siempre alguna ganadería de vacuno y algo de caza mayor, que ahora ha pasado a ser predominante en algunas áreas” (Fernández et al., 1998). Debido a esta diversidad de usos “el territorio adehesado se puede considerar un mosaico, quedando conformado por distintas teselas con diferentes usos y aprovechamientos: monte, labor y pasto” (Cuevas et al., 1999).
No obstante, aunque un tipo de manejo agroforestal, la existencia de una fauna salvaje hace más conveniente aplicar el término “agrosilvopastoril”. Por lo tanto, el término agrosilvopastoral va a hacer referencia a aquel sistema de uso de la tierra en el cual coexisten plantas leñosas perennes (árboles o arbustos), cultivos herbáceos o pastizales, junto a animales en libertad (Cuevas et al., 1999). Se diferencian de los usos agrícolas, forestales o ganaderos y esta función múltiple hace que los beneficios, tanto en producciones directas como indirectas, sean mayores que realizadas independientemente o por separado, revierten en la propia mejora y estabilización del sistema (Fernández et al., 1998). Existe una gran variedad de sistemas agrosilvopastoriles en España, bajo otras especies arbóreas (Fernández, et al., 1998).
En función de su fisonomía se incluye dentro del conjunto de ecosistemas llamados “sabaniformes” o “de parque”, constituyendo “praderas salpicadas de árboles”, (Penco, 1992), debido a la existencia de dos estratos vegetales, el primero dominado por pastos herbáceos sobre el que se asienta el arbolado constituido por especies del género Quercus. El objeto del aclare del arbolado es el de incrementar la radiación solar incidente sobre el suelo, que potencia la producción de pastizal (Hernández, 1996).
La densidad media es de unos 50-60 pies/ha. (Fernández et al., 1998). No obstante, según Hernández (1996), las densidades actuales, en concreto en el caso de Extremadura, se sitúan en el orden de 10-40 pies de encina por hectárea, cuando lo recomendable desde el punto de vista ecológico y económico sería cerca del doble.
En cuanto al tema de la riqueza, la diversidad alfa, cabría decir que si bien a gran escala la dehesa parece presentar un índice de diversidad paisajístico bajo o muy bajo, penetrando en una escala intermedia se comprueba una diversidad notable; aunque ni mucho menos próxima a la de las áreas serranas, pero sí más alta de lo esperable, sobre todo como consecuencia de una apreciable codominancia entre diversos elementos paisajísticos equilibrados. Respecto a la diversidad global obtenida por este método, considerando de momento sólo las unidades o elementos distintos, no sus superficies, se enmarca en una posición intermedia respecto a las zonas llanas y las serranas.
Desde un punto de vista físico, el área adehesada se desarrolla sobre unos suelos delgados, oligotróficos (Fernández et al., 1998) de rocas silíceas, duras y ácidas, principalmente pizarras y granitos. Los suelos son pobres, ya que las zonas más fértiles han perdido su arbolado debido a las roturaciones. Hay que indicar que el aclareo del bosque mediterráneo genera una mayor complejidad edáfica que el bosque no intervenido (Genn et al., 1987).
A pesar de la pobreza de los suelos se da una gran diversidad de ambientes edáficos, tanto por las variaciones en la fisiografía (litosuelos en partes altas frente a los aluviales en las vaguadas), como por la presencia del arbolado (que incrementa los niveles de nitrógeno y de materia orgánica), así como por las labores de pastoreo, considerado como “vector de fertilidad”, debido al reparto de sus deyecciones, a veces en flujo de fertilidad contrario a la gravedad, ya que el ovino tiende a establecer querencias en partes altas del terreno (Fernández et al., 1998).
El clima es mediterráneo semiárido con calurosos y secos períodos en verano y relativamente fríos y húmedos inviernos, lo que lo convierte en un clima duro, con lluvias torrenciales e irregulares durante los meses de invierno, que oscilan de 250-800 mm de media (Bermejo, 1994).

TAREA
Nuestra tarea consistirá en organizar una visita guiada por Las Dehesas salmantinas y con ello conseguir que los alumnos identifiquen los recursos vegetales más representativos con que cuenta la zona.

PROCESO

Previa adquisición de cuaderno, bolígrafo y cámara digital, se intentará localizar las especies vegetales más representativas de la zona. Cuando se localice un grupo representativo de individuos de una misma especie, se fotografiará y se anotarán las características del entorno donde se tomó la fotografía. Estas operaciones se realizarán en grupos de cinco personas. Se anotará y fotografiará una media de diez especies herbáceas por grupo. Y posteriormente de identificarán y se describirán sus propiedades, como fuente de riqueza tanto para el ecosistema como para el desarrollo económico de la zona

RECURSOS

Antes y después de la salida al campo sería conveniente que visitéis estas direcciones: Sobre recursos vegetales

Para conocer lo que es una dehesa:

Para Identificar las especies que nos encontraremos:

EVALUACIÓN

El aprobado se conseguirá con la elaboración de una exposición en Power-Point con las diez especies vegetales más representativas obtenidas por cada grupo.

CONCLUSIÓN

Con esta visita habréis comprobado de primera mano el valor incalculable de este ecosistema. Debemos aprender a conservar cualquier entorno natural y practicar esas palabras que tanto suenan hoy en dia: DESARROLLO SOSTENIBLE.